Rutina
“¿Cuál
es la importancia del alcohol?”, se preguntaba un borracho encerrado en su
departamento, mientras bebía directo de una botella de vino en una oscura noche
de invierno. Miraba las paredes tratando de encontrar una respuesta. Su mujer
lo había dejado, en parte, por culpa del alcohol hace ya algunos meses. Pues
claro, era obvio que bebiera si no se sentía conforme con su vida y ahora veía
en la bebida su única compañía realmente fiel. Bebía para pasar las penas,
también bebía para celebrar cuando algo bueno le pasaba y otras veces solo
bebía por beber.
Pasó
un largo rato reflexionando, sin dejar de darle sorbos a la botella, la miró y
pensó que el trago no era el problema, ni tampoco la solución, solo era una
forma de evasión. Vació la botella, pero como nunca aún se sentía confundido,
un poco acongojado, aunque dentro de si mismo pensaba que no estaba tan mal como
hace unos meses, que lo peor ya había pasado y que lo pudo soportar. Pensaba en
sus problemas y después de todo sentía que no estaba tan jodido. Además el
panorama venidero era auspicioso para él, después de todo estar tranquilo en su
hogar era algo que tenía un precio impagable. Así que se prometió a si mismo,
mientras abría una lata de cerveza, moderar el consumo de alcohol durante la semana
al menos. Pero a medida que bebía esa cerveza fría sentía que cada trago era
mejor que el anterior y por fin se dio cuenta que esa era la vida que él mismo eligió.
Después
de un largo rato de meditar en silencio, llegó a la conclusión que hay personas
que nacen para estar en pareja, casarse y formar una familia perfecta, así como
la de la “Pequeña casa en la pradera”, serie que le traía lindos recuerdos de
su infancia junto a su abuela, quien le preparaba la once con leche de vainilla
y pan con palta, comida ideal para instalarse frente al televisor a ver los
Supercampeones y los Caballeros del Zodiaco. Por otro lado, también comprendió
que habían personas, como él, que no estaban hechas para eso, que detestaban la
típica familia perfecta de anuncio de multitienda. Personas que querían vivir
su vida de otro modo, de un modo imperfecto para los tradicionales, por decirlo
de alguna forma, pero perfecto para él mismo. Al final, ¿quién es dueño de la
verdad?
Y
es recién ahí cuando comprendió lo que él quería para su vida. Solo quería
disfrutar de las cosas simples, por que jamás le había importado lo material, y
basado en esto comenzó a enumerar las cosas que lo harían realmente feliz: un
lugar donde pasearse desnudo cuando le diera la gana; un auto, en ningún caso
último modelo, que le sirviera para ir donde quisiera; ganar lo suficiente para
vivir tranquilo y reunirse con sus amigos a beber algo; ahorrar un poco cada
mes para poder viajar en sus vacaciones; y finalmente, pero quizás lo más
importante, conocer a una mujer que comparta sus pensamientos y que lo saque
del hoyo en el que se sentía en ese momento.
Finalmente,
lo único que queda por decir, es que este hombre soy yo.
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