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Amigos

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           Nacieron a más de 1.200 kms. de distancia, uno en Tocopilla, el otro en la comuna de San Joaquín. El "Dilla", como le decían a Alexis de pequeño, gambeteaba con piedras, botellas y latas en pleno desierto. "Arturito", por su lado, conocía el fútbol metiendo garra y corazón en el Rodelindo Román de la población El Huasco. En aquellos años jamás pensaron que juntos recorrerían un camino lleno de esfuerzo, sacrificio y gloria, convirtiéndose en dos de los jugadores más destacados de la historia de Chile, siendo parte del proceso más exitoso de la selección y que viajarían por Europa jugando en los clubes más grandes del viejo continente, sin dejar nunca de lado los códigos aprendidos en el barrio. Alexis y Arturo son de esos amigos que te da el fútbol, de esos con los que te agarras a chuchadas y todo termina con un abrazo y un beso en la mejilla después del partido. Al final, la historia de estos dos monstruos, nos demuestra que el fútbol y

Entre las piedras

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Para comprender este relato primero hay que ponerse en contexto. Hay que empezar por saber que en ese momento yo vivía en La Reina, en Lynch Norte con Simón Bolívar para ser más exacto. Tenía entre 11 y 12 años y me la pasaba jugando Nintendo 64 o andando en skate con mi grupo de amigos. Pero sin duda el momento favorito de todos era cuando hacíamos las pichangas en el estacionamiento de piedras al fondo del condominio. Tratábamos de dividir los equipos de la forma más justa posible, pero yo siempre quedaba en el equipo con el Nacho y el motivo era simple y fácil de entender. Él tenía la camiseta Reebok de Chile, la del Mundial del 98’, con el número 11, la que usaba “El Matador”, y yo tenía la misma, pero con el 9 de Iván Luís en la espalda. Una hermosa coincidencia que nos hacía soñar con jornadas históricas y finales de campeonato. Después de todo, quién sería tan infame de separar a los SA – ZA. En esos años entrar a la cancha todos juntos de por si era motivante. Los part

Mira como beben

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Pero mira como beben Los peces en el rio En una taberna Todos sumergidos Pero mira como beben Y vuelven a beber Los peces en el rio Hasta el amanecer Beben y beben Y vuelven a beber Los peces en el rio Les pagaron ayer

Rendirse jamás

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Y aquí me encuentro otra vez, entre latas y botellas vacías que me recuerdan que el mejor momento para escribir es la noche. Cuando el cielo está oscuro, y si tienes suerte, una manto de estrellas y una gran luna cubren el cielo. A eso yo le llamo inspiración. A veces parece que mis dedos se mueven solos por el teclado, y es ahí cuando tomo el lápiz y prefiero escribir en papel. Parece que soy enchapado a la antigua. Me gusta escribir las cosas de puño y letra, siento que todo tiene un toque más personal, considerando que mi caligrafía deja mucho que desear, pero lo disfruto por lo menos, llamémoslo catarsis. Quiero escribir sobre cosas hermosas pero no puedo, quizás Bukowski ha influenciado mucho en mi y lo único que puedo escribir son textos sobre alcohol, revolución y amores que fracasaron. En la soledad se encuentra el gusto por escribir, si quieres ser escritor tienes que estar solo y beber, beber mucho. Es una ley. Miro desde mi ventana los edificios, los autos y las

Rutina

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“¿Cuál es la importancia del alcohol?”, se preguntaba un borracho encerrado en su departamento, mientras bebía directo de una botella de vino en una oscura noche de invierno. Miraba las paredes tratando de encontrar una respuesta. Su mujer lo había dejado, en parte, por culpa del alcohol hace ya algunos meses. Pues claro, era obvio que bebiera si no se sentía conforme con su vida y ahora veía en la bebida su única compañía realmente fiel. Bebía para pasar las penas, también bebía para celebrar cuando algo bueno le pasaba y otras veces solo bebía por beber. Pasó un largo rato reflexionando, sin dejar de darle sorbos a la botella, la miró y pensó que el trago no era el problema, ni tampoco la solución, solo era una forma de evasión. Vació la botella, pero como nunca aún se sentía confundido, un poco acongojado, aunque dentro de si mismo pensaba que no estaba tan mal como hace unos meses, que lo peor ya había pasado y que lo pudo soportar. Pensaba en sus problemas y después de t