Rendirse jamás
Y aquí me encuentro otra vez, entre latas y botellas vacías
que me recuerdan que el mejor momento para escribir es la noche. Cuando el
cielo está oscuro, y si tienes suerte, una manto de estrellas y una gran luna
cubren el cielo. A eso yo le llamo inspiración. A veces parece que mis dedos se
mueven solos por el teclado, y es ahí cuando tomo el lápiz y prefiero escribir
en papel. Parece que soy enchapado a la antigua. Me gusta escribir las cosas de
puño y letra, siento que todo tiene un toque más personal, considerando que mi
caligrafía deja mucho que desear, pero lo disfruto por lo menos, llamémoslo
catarsis.
Quiero escribir sobre cosas hermosas pero no puedo, quizás
Bukowski ha influenciado mucho en mi y lo único que puedo escribir son textos
sobre alcohol, revolución y amores que fracasaron. En la soledad se encuentra
el gusto por escribir, si quieres ser escritor tienes que estar solo y beber,
beber mucho. Es una ley.
Miro desde mi ventana los edificios, los autos y las pocas
personas que a esta hora se atreven a caminar por estas calles. Me cuestiono si
el daño será permanente o si las cosas mejorarán y me acostumbraré a esta
rutina que me agobia de manera asfixiante. Soy un zombie, en realidad todos lo
somos. Trabajamos esperando fin de mes para recibir un pago que jamás nos
dejará conformes, por que no tuvimos la suerte de nacer en cuna de oro.
Revisamos nuestra cuenta constantemente a ver si nos podemos dar algún gusto
que haga un poco más llevadera esta vida de mierda. Y me preguntan ¿por qué bebo?
La respuesta es evidente. Mejor sería preguntarles a ustedes por qué no lo
hacen.
Desde que se fue hace unos meses bebo más aún. Fue
traumático en un comienzo pero ahora las cosas no andan mal. Tampoco bien por
si les interesa. Busco respuestas y no las encuentro, por suerte ya me aburrí y
sigo adelante en busca de logros personales que me hagan sentir que hay vida
después de la muerte. No se siente tan mal morir un poco, resucitar y darte
cuenta que dentro de todas las cosas malas siempre puedes reencontrarte contigo
mismo y darte un poco de aliento para continuar girando en la rueda.
La vida es perra a ratos por que no se pasa bien y te
sientes lejos de la felicidad que algún día tuviste. Es difícil sentir que una
parte de ti, que no conocías, estuvo ahí y de un segundo a otro ya no está.
Pero, ¿qué se puede hacer? Echarse a morir es una opción completamente válida y
ahora entiendo a quienes la toman. Yo no la tomé y decidí seguir caminando por otra
ruta, algunas veces cuesta y otras veces es satisfactorio. Después de todo
somos animales y los animales tenemos la capacidad de acostumbrarnos a todo.
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